Ficticia realidad la de la mujer del siglo XXI

No elegí nacer mujer, pero nací mujer. Y no lo cambiaría. Sí decidí ser madre, pero no sé si ahora, a mis 43 años, y con 1 hija y 2 hijos, decidiría serlo. Cuando era pequeña no me leyeron cuentos de princesas, pero sí he crecido en una sociedad con mucho cuento, en la que te sientes un bicho raro si no realizas lo que supuestamente se espera que hagas como mujer, sólo por el hecho de serlo. Una vez me enamoré, pero nunca imaginé lo que tuve que pagar por ello. He llorado tantas veces como he reído y soñado tantas como he fracasado.
Hoy me despierto convencida de que todo lo vivido vino a enseñarme algo, y me sigo reinventando cada día, con el peso de algunas heridas que nunca desaparecerán, pero sin duda más fuerte, más persona, más mujer.

Escrito por mí, Natalia Simón, el pasado 8 de marzo con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Más mujer…, esto me lleva a la siguiente pregunta, realmente, ¿cómo es la mujer del siglo XXI?

He leído en varias ocasiones que este, el XXI, es el siglo de las mujeres, que hemos ganado libertad, independencia económica, estudios, y respeto profesional. A un alto precio, eso sí, la angustia de tener que cumplir, en todo momento y en toda acción, con esa presión social, no por rozar la perfección sino por serla, cuando creo yo que lo mejor es ser imperfectamente perfecta, ¿no creéis?

Según esto, la mujer ya depende de ella misma, ya no pasa de depender del padre para depender de su marido, puede acceder a los estudios universitarios, puede acceder a un trabajo digno, puede salir sola o con amigas a divertirse, incluso ¡con amigos! Sin tener que pedir permiso, ¡vaya chollazo!, puede hacer todo lo que quiera y considere oportuno.

Sin embargo, también he leído en otras tantas ocasiones, que las mujeres de antes “esas sí que eran mujeres”, mujeres entregadas, pura generosidad, “mujeres de su casa”, que aguantaban todo, de todos. Ejemplo de mujeres que son capaces de sufrir lo insufrible y, encima, con su mejor sonrisa. Y yo me pregunto, una sonrisa es lo equivalente a ser feliz, a hacer lo que realmente se quiere hacer, no será que esas mujeres de las que leo se entregaban, “incondicionalmente”, lo hicieran por miedo, por apariencia, porque no las quedaba más remedio o eso pensaban ellas…

La celebración de los 60 años de Manos Unidas estuvo abanderada por el lema “La mujer del siglo XXI: ni independiente, ni segura ni con voz”. Y esto me lleva, ahora, a apuntar algunos datos para no perdernos en una ficticia realidad.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publica la Encuesta Anual de Estructura Salarial (EAES) siendo el objetivo de esta encuesta conocer la ganancia bruta anual clasificada por diferentes características del trabajador como el sexo, la ocupación, actividad económica, edad, entre otras. La última publicada en 2019 presenta los datos de la encuesta realizada en el año 2017 y pone de manifiesto que, considerando puestos de trabajo similares (misma ocupación, tipo de contrato, tipo de jornada, etc.), la ganancia media para los hombres fue de 26.391,84 euros y para las mujeres de 20.607,85 euros, representando el salario medio anual femenino el 78,1% del masculino.

Por lo que respecta a la distribución salarial, el 18,8% de las mujeres tuvo ingresos salariales menores o iguales que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en 2017, frente al 7,8% de los hombres. Si se tienen en cuenta los salarios más elevados, el 8,0% de los hombres presentaron salarios cinco veces o más superiores al SMI, frente al 4,2% de las mujeres.

La descripción de la desigualdad salarial se completa con la proporción de trabajadores con ganancia baja (asalariados cuya ganancia por hora está por debajo de los 2/3 de la ganancia mediana), que fue del 16,2% en 2017. Entre estos trabajadores, el 63,9% eran mujeres.

Este sería un paso más en el análisis de la igualdad/desigualdad de mujeres y hombres en cuanto a actividad laboral y retribuciones se refiere, y siendo así las diferencias estadísticamente comparadas, la realidad no es que sea muy alentadora, pudiéndose deducir que no es que se haya avanzado mucho en términos de igualdad considerando el ámbito laboral.

Hablando de brecha salarial de género…

La brecha salarial de género es la diferencia que existe de media entre los ingresos brutos por hora de mujeres y hombres. Se basa en los salarios pagados directamente a los empleados antes de deducir el impuesto sobre la renta y las contribuciones a la seguridad social. Solo las empresas de diez o más empleados se tienen en cuenta en los cálculos.

https://www.europarl.europa.eu/news/es/headlines/society/20200109STO69925/comprender-la-brecha-salarial-de-genero-definicion-y-causas

Para poner de manifiesto las diferencias salariales de género, es necesario considerar el salario por hora y distinguir el tipo de jornada. Según el INE, en el trabajo a tiempo completo, el salario por hora de las mujeres (14,9 euros) en el año 2017 alcanzaba el 90,9% del salario por hora de los hombres (16,4 euros). Al considerar la jornada a tiempo parcial, el porcentaje anterior alcanza un valor del 85,0%.

Esta brecha salarial de género existe como consecuencia de un complejo conjunto de factores que se presentan interrelacionados y que originan esas diferencias salariales.

Entre estos factores, la discriminación en el lugar de trabajo; las prácticas laborales y sistemas salariales; la infravaloración del trabajo y las capacidades de las mujeres; la escasa presencia de mujeres en puestos de liderazgo y de alto nivel; las tradiciones y roles de género; y la conciliación de la vida laboral y familiar.

http://www.inmujer.gob.es/publicacioneselectronicas/documentacion/Documentos/DE1460.pdf

Habrá que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad como decía Ray Bradbury, y seguir repensando y reconstruyendo una realidad menos ficticia y más veraz.

Natalia Simón 🌙

Mucho más que brecha digital

Estas ultimas semanas estoy leyendo más que nunca el término brecha digital, y en diferentes ámbitos, como consecuencia de la pandemia que seguimos viviendo estos días.

En educación, podemos hablar de diferentes tipos de brechas, no sólo digitales, también y quizá más importante, la brecha social. Pero, volviendo a la brecha digital, en educación no podemos simplificarla al hecho de tener o no acceso a Internet, o de contar con medios tecnológicos, si no que hay que considerar, también, otros aspectos a tener en cuenta, como la alfabetización digital, que conllevaría directamente a la brecha de conocimiento digital, y ésta a la inevitable pregunta: ¿para qué quiero, por ejemplo, una tablet si no sé utilizarla?

Por otro lado, me sorprende como hablamos de éxito o fracaso escolar. Con demasiada ligereza. Como si de ello dependiera tener un buen futuro, trabajo, salud, estabilidad emocional… No digo que no haga falta, no, pero dadas las circunstancias en las que nos encontramos actualmente, y no tan actualmente, tengo mis dudas.

Éxito escolar no es sinónimo de éxito laboral, por poner un ejemplo. Sólo echando un vistazo entre algunas grandes figuras y genios de la historia de la humanidad podemos descubrir que no fueron grandes estudiantes, precisamente, en sus años mozos.

Éxito: Del lat. exĭtus ‘salida’.m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.

Real Academia Española (RAE)

Fracaso: De fracasar. m. Malogro, resultado adverso de una empresa o negocio. m. Suceso lastimoso, inopinado y funesto. m. Caída o ruina de algo con estrépito y rompimiento. m. Med. Disfunción brusca de un órgano.

Real Academia Española (RAE)

Éxtito y fracaso, dos caras de la misma moneda, más bien, nada relacionadas con la educación en sí misma, si atendemos a estas definiciones.

Bien, uno de los aspectos que frecuentemente se relacionan con el «éxito o fracaso escolar» es la brecha digital anteriormente citada, sobretodo si tenemos en cuenta que estamos inmersos en la denominada era tecnológica.

El Covid-19 no sólo ha dejado en jaque al sistema sanitario, muy debilitado ya por los recortes sufridos durante años, sino que también ha dejado en evidencia el sistema educativo.

Los dispositivos tecnológicos prestados, las tarjetas de conexión 4G, para atajar la brecha digital entre el alumnado, conjuntamente con medidas dirigidas hacia el profesorado, como facilitar herramientas informáticas y formación específica, que les permita afrontar la evaluación del tercer trimestre de una forma totalmente on-line, no asegura el aprendizaje del alumnado, la calidad de la enseñanza, o ese tan añorado por algunos «éxito escolar» ya que no se han tenido en cuenta esos otros aspectos anteriores comentados, como son la alfabetización digital o la brecha social.

Es momento de aprender de esta situación tan nueva para nosotros, que ha irrumpido en nuestras vidas sin permiso y que, amenaza con quedarse, al menos, unos meses más, obligando a empezar el curso 2020-2021 tal y como hemos acabado el presente, a punto de terminar, de manera on-line. Es momento de tomar medidas y diseñar planes que realmente, y una vez por todas, mejoren el sistema educativo, y acaben con toda brecha existente, digital, y por supuesto, social.

Natalia Simón 🌙

Lo gratificante de la docencia, vosotros, mis alumnos.

El pasado jueves 12 de marzo fue la última clase presencial de este curso académico 2019/2020, ¡lo recordaré siempre!

Primero, porque tuve que tomar una difícil decisión y suspender una jornada sobre inclusión educativa que empecé a gestar el curso anterior.
Cuando asistes de oyente a una jornada así,  sencillita, no imaginas el trabajo que lleva detrás, tienes que conseguir que las ponentes (en este caso eran todas mujeres) por las que apuestas para que la jornada sea diferente a lo de siempre, con un enfoque diferente, puedan asistir el dia establecido, que también seleccionas estratégicamente para que se llene, en este caso, el Aula Magna, de capacidad para alrededor 150 personas.

En Madrid ya empezaba a haber síntomas de Coronavirus y la ponente que abría la jornada, Carmen Alba Pastor, doctora en Educación y catedrática en la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid, me llamó un par de días antes y me dijo, Natalia, es muy arriesgado, ponemos en riesgo a muchas personas. Al día siguiente, la segunda ponente, Emma Luque, directora de la escuela Teatro y Facilitación Comunitaria 3Social y Teatro Sistémico, también de Madrid, me confirmaba que tampoco vendría.

No quedaba más remedio que cancelar.
Sólo me quedaba avisar a Blanca González y Eli Rosa Pantoja, profesionales del Servicio de apoyo a la inclusión de Down Sevilla y, terceras invitadas, al Decano de la Facultad, y a todo el alumnado.

Segundo, porque en mitad de la clase, algunas alumnas un poco alborotadas, comentaban que el Rector había mandado un email en el que anunciaba la suspensión de toda actividad docente presencial en el ámbito de la Universidad de Castilla-La Mancha, incluyendo las actividades docentes prácticas que se realizan en empresas, organismos e instituciones.

Me quedaba claro que, la situación apuntaba peor de lo que parecía, y que había tomado la mejor decisión cancelando la jornada. Me costó dos días de enfado, frustración, y llanto, pero ahora me sentía bien. Había hecho lo correcto.

Dos meses después de la última clase presencial, tuvo lugar la última clase virtual, el 14 de mayo. Y ésta clase, tampoco la olvidaré.

Debo reconocer que me he quedado con ganas de más, de vosotros, dos cursos que pintaban muy bien y así ha sido. Alumnado participativo, implicado, curioso, y resistente.

Ese jueves tocaba exposición grupal, por Teams, la plataforma con la que hemos trabajado, y seguimos trabajando en la UCLM. La exposición versaba sobre las Comunidades de Aprendizaje, soy miembro desde hace años del grupo Sub Red Universitaria de Comunidades de Aprendizaje SUCA-CLM, y en clase, en la asignatura que imparto, Educación y Sociedad, tratamos este tema.

Ha sido de las mejores exposiciones grupales de estos últimos años, porque se lo curraron, porque cuidaron no solo los aspectos de obligado cumplimiento (las directrices de los trabajos en grupo) sino, además, todo tipo de detalles. Los contenidos, el contexto, hubo entrevistas grabadas y en directo. Y, porque me sentí cuidada ya que intentaron darme una sorpresa. ¡Qué digo! Me la dieron.


Se pusieron en contacto con el catedrático de Sociología, Ramón Flecha, para entrevistarle en directo con el resto de invitados. Lo mejor de todo es que él aceptó. Y, aunque no se pudo llevar a cabo por problemas de coordinación de tiempos, necesito agradecer a Ramón que aceptara participar, así se lo hice saber ese mismo día.

Y agradecer a mis alumnos María Díaz López, María Sánchez Boiza, Diana Andrea Goages, y Javier Alonso Ibañez, el detallazo, y el mensaje que una de ellas me hizo llegar en nombre de todos ellos: «Natalia, de verdad que muchísimas gracias por todo de parte de todo el grupo. Creíamos que te merecías un trabajo de tus alumnos, trabajado, y que todo lo que deseabas en él se cumpliera. Nos ha costado muchísimo y ha habido fallitos como lo de Ramón, queríamos sorprenderte. Pero aún así de nuevo gracias».

GRACIAS, a vosotros, que hacéis posible que  la enseñanza sea gratificante e ilusionante, a partes iguales. Gracias por saber entender y quedaros con lo que os intento transmitir desde el primer día que nos conocemos en clase.

Susurro. Un viaje inesperado

He visitado Roma en varias ocasiones. En cada una de ellas he experimentado experiencias varias, y siempre he regresado con un vacío, ávido de ser cubierto… En este último viaje me quedó una sensación de obligado regreso… Siento que me quedan muchos recovecos por descubrir y tantos otros momentos de felicidad plena por disfrutar… Pero Roma se resiste, quizás las murallas aurelianas que la delimitan tengan algo que ver…, quizás no…

Roma, Amor (al revés). Roma infinita, ciudad eterna. Susurros esperados que se van desvaneciendo entre las pieles sensibles que, sin esperar nada, se anhelan.

Hasta aquí, podría ser un pedacito de un relato, el inicio de una exitosa novela de amor. Un Pulitzer, ¿por qué no? Pero, en este caso, no importa tanto el cheque que acompañaría al premio, porque el premio sería él, en forma de susurro.

Es, en este preciso instante, cuando la media sonrisa que habitaba en su cara se convertía en fija sonrisa, quizás temblorosa, quizás sorprendida, seguro, eso sí, encantadora. 😏

No es mi intención escribir un Pulitzer, un Planeta, o un Herralde, sería un sueño inalcanzable, un sueño muy irreal. Sin embargo, sí es intención, con esta entrada, ensalzar el amor como fenómeno sociológico digno de ser analizado.

Y es que, «el amor, es como experiencia vital intensa, se hace tanto de emociones como de discursos e ideologías. Sentimos amor, pero también lo pensamos, lo hacemos, lo ponemos en práctica. Hablamos del amor como un sentimiento pero si estamos atentos al modo en que se nos presenta en la vida cotidiana encontramos que es mucho más que eso: el amor es también un lugar, un escenario en el que converge nuestra intimidad con las instituciones sociales, una forma de relación social en la que se con-funden transacciones de poder con actos de emancipación, tentativas de reinvención social con continuidades, inercias, faltas a la imaginación».

V. Unás

El amor, como realidad social, puede estudiarse desde diferentes prismas o enfoques. Resulta interesante, cómo el amor influye en la forma de relacionarnos. Cómo puede llegar a transformar la sociedad en sus más variopintos estilos y enigmas. Amor como cambio social, qué bonito, ¿no?

Amor creación, artístico, inspiración personal o profesional, máxima en todas las artes, las artes plásticas, las visuales, las musicales, las escénicas, las literarias…

A su vez, la sociedad determina el amor.

En definitiva, el amor nos da sentido, y nosotros, como actores sociales, le damos sentido también.

No me resisto a citar la obra de Zygmunt Bauman, «Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos» en la que aborda su concepto de «líquido» aplicándolo a las relaciones humanas, al amor. Según Bauman, Eros, tal como afirma Levinas (1993), es diferente de la posesión y del poder; no es una batalla ni una fusión, y tampoco es conocimiento. Eros sería «una relación con la alteridad, con el misterio, es decir, con el futuro, con lo que está ausente del mundo que contiene a todo lo que es…». Y, el pathos del amor «la insuperable dualidad de los seres».

La afectividad, y nuestro entorno de relaciones afectivas, estaría en constante cambio como consecuencia de la sociedad postmoderna (modernidad líquida) y las características que la definen, haciendo, como anticipa Bauman, que «estemos condenados a vivir en la incertidumbre permanente».

Natalia Simón 🌙

Formar parte de la sociedad implica transformarla

Recuerdo perfectamente las primeras clases como estudiante de Sociología… O eso creo!! Por ejemplo, de la asignatura Introducción a la Ciencia Política. Dos lecciones del profesor. Primera lección inolvidable: La Sociología es la «bella inútil de las carreras».
Segunda lección a tener en cuenta el resto de los días: la relación inevitable entre ciudadanía y política a partir de la explicación de la palabra «idiota».
«Idiota», palabra de origen griego, originaria de la palabra «idiótes», que se refiere a una persona que no está interesada por la política, por los asuntos «públicos».

Así, en términos generales, no creo que haga falta entrar en más detalles…
Seguramente, para muchos de vosotros estas dos premisas no signifiquen nada, para mí, desde ese mismo instante, significaron todo.

La primera causó un efecto presumiblemente inesperado, en vez de rechazo produjo que me enamorara de lleno de la Sociología, convirtiéndose, para mí, en la útil más bella de todas las carreras posibles.
La segunda, me hizo entender el compromiso social que como ciudadanos y actores sociales debemos tener para con nuestra sociedad.

Comparto, tal y como apunta k. Marx en la Tesis sobre Feuerbach (1845) y publicada post mortem en 1888 por F. Engels, algunas de las once notas incluidas en su escrito, y que considero esenciales para entender que no se trata solamente de entender que, como individuo formo parte de la sociedad sino que, como formo parte de la sociedad, puedo y debo cambiarla. Establecemos un compromiso social pero como actores, con el fin de transformar la sociedad con nuestas acciones.

[I] El defecto fundamental de todo el materialismo anterior -incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo.

[III] La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto, los hombres modificados son producto de circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (así, por ej., en Robert Owen).
La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica revolucionaria.

[VIII] La vida social es, en esencia, práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la comprensión de esa práctica.

[X] El punto de vista del antiguo materialismo es la sociedad «civil»; el del nuevo materialismo, la sociedad humana o la humanidad socializada.

[XI] Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.

Aulas Inclusivas y alumnado con síndrome de Down. Por una inclusión sin peros.

El proyecto Aulas Inclusivas como experiencia de inclusión educativa en siete centros educativos participantes de Castilla-La Mancha, como propuesta de actuación educativa de éxito enmarcada en las conocidas Comunidades de Aprendizaje, a través de los Grupos Interactivos para trabajar en las aulas ordinarias con alumnado con Síndrome de Down desde enero a junio del curso 2018-2019, fue diseñado conjuntamente por profesorado perteneciente a la Sub-Red Universitaria de Comunidades de Aprendizaje SUCA-CLM y profesionales de la Federación Down CLM.
Se trata de un proyecto que ofrece una respuesta educativa al alumnado con discapacidad intelectual, apostando firmemente, siguiendo los preceptos del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI, 2018), por un modelo educativo inclusivo que respete la diversidad y los principios de calidad, equidad y
flexibilidad.
Para ello, es necesario una transformación, un cambio profundo, que debe mantenerse a lo largo de los años. Es necesario escuchar a las personas con discapacidad, a sus familias, y consolidar un paradigma educativo que consiga una educación de calidad, más justa, equitativa e inclusiva, que reconozca que la existencia en el aula de alumnado con distintas capacidades es un beneficio para todo el alumnado en particular, y para toda la sociedad en general.
Es importante una transformación en el profesorado y en los propios centros educativos.

Mientras el profesorado y los centros no estén en disposición y con recursos para personalizar los procesos de enseñanza y aprendizaje, ajustados a las necesidades educativas de la diversidad de alumnado, la inclusión educativa seguirá siendo un deseo apenas realizable.

(Echeita & Domínguez, 2011).

El desarrollo de una escuela inclusiva supone utilizar metodologías y modelos de organización que favorezcan el aprendizaje de todos los estudiantes pudiendo de este modo garantizar una educación inclusiva para todo el alumnado, así como dar respuesta a situaciones y demandas de la propia comunidad educativa, y esto es precisamente lo que aporta Aulas Inclusivas.
Ante esta realidad socioeducativa, y este sueño socioeducativo, se ha diseñado y llevado a cabo el proyecto Aulas Inclusivas, que ha supuesto poner en marcha desde un enfoque educativo facilitador y potenciador de una educación inclusiva, a través del desarrollo de valores de cooperación y ayuda y desde las estrategias de aulas activas, capaces de dar respuestas, diversas, a las necesidades de todos, desarrollando procesos de reflexión sobre la práctica educativa, apoyados en la autonomía del profesorado, entre otros aspectos relevantes y considerados como la comunidad, familia y sociedad.

La aportación del voluntariado, de las familias, es fundamental. Es completamente imprescindible, pero no sólo porque así tenemos más personal, sino porque es un personal diverso, diferente al profesorado. Sin diversidad no hay excelencia en el aprendizaje.

Ramón Flecha, 2015

Aulas Inclusivas ha facilitado como principio básico, el diálogo contrastado y reflexivo sobre qué se hace y qué se puede hacer para mejorar, entre alumnado, profesorado, profesionales especialistas de las asociaciones federadas a la Federación Down CLM y voluntariado (alumnado y egresados de la Universidad de Castilla-La Mancha, Universidad de Alcalá, madres y padres de alumnado con síndrome de Down…).
Ha partido de los principios dialógicos definidos en las Actuaciones Educativas de Éxito que se ponen en marcha en los centros Comunidades de Aprendizaje. La aplicación de estos principios está avalada por los resultados científicos obtenidos por investigadores de referencia.

CAMBIOS SOCIALES DERIVADOS DE LA PANDEMIA Entrevista realizada por Carmen Bachiller para ElDiario.es Castilla-La Mancha

El pasado miércoles me entrevistó Carmen Bachiller https://twitter.com/CBachiller para eldiario.es/clm/. Como decana del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de Castilla-La Mancha https://colpolsocclm.es/ es para mi un privilegio poder representar, en Castilla-La Mancha, a estas dos disciplinas que tienen mucho que aportar a la Sociedad, la Ciencia Política y la Sociología.

A continuación alguna de las preguntas realizadas por Carmen.

Sociológicamente hablando, ¿con qué podríamos comparar la situación actual derivada de la crisis socio-sanitaria?

Realmente no se si sería posible comparar esta situación actual con otros momentos socio-históricos ya que los contextos sociales y económicos son muy diferentes. No se puede comparar con las guerras mundiales porque incluso en esa situación la economía estaba activa. Ahora se ha paralizado la economía y la sociedad. Y tampoco es comparable en cuanto a contextos sanitarios se refiere. Ni siquiera creo que deba compararse entre países, ya que la situación de España no es la misma que la de otros países como por ejemplo, Francia, Italia o Portugal, aun siendo vecinos.

Es cierto que ya hemos sido testigos de otras emergencias de salud global como la gripe A, la epidemia de poliomielitis, el ébola, el zika y ahora el coronavirus pero es esta última pandemia la que mejor evidencia el efecto que la globalización tiene como medio para demostrar que cualquier tipo de problema local es definitivamente global.

Creo que es una crisis que ha afectado a todos los países, también a los más industrializados o coloquialmente ricos, no como otras epidemias que, aunque eran también globales, afectaban impunemente a regiones más pobres, con menos recursos para prevenir y tratar las enfermedades.

En esta ocasión la ausencia de vacuna para combatir la enfermedad es uno de los factores que hacen diferente la situación, aunque ya estamos siendo testigos de la lucha por el poder que otorgará su comercialización, una lucha entre países e industrias farmacéuticas.

La interconexión digital también hace que sea muy diferente. Conocemos las consecuencias de la epidemia y los mensajes en redes sociales, como bien apunta una compañera química de la Universidad de Castilla-La Mancha, María José Ruiz https://twitter.com/mariajoseruizg, ganan la partida a los especialistas que tratan de explicar y transmitir de la mejor manera posible la información, conscientes también de que es pronto para tener certezas.

Usted ha pedido entender la crisis no sólo desde un punto de vista económico sino, sobre todo, social. ¿En qué aspectos habrá que incidir para no terminar tratando las consecuencias de la pandemia como un problema para los mercados y no tanto para las personas?

Los problemas pueden ser notablemente sanitarios, incluso sociales, pero tienen un trasfondo puramente económico y geopolítico, y eso repercute en que se termine entendiendo la crisis más como un problema económico que social.

Las medidas diseñadas para hacer frente a la pandemia son difíciles de implantar por cuestiones puramente sociales o socio-culturales. Es cierto que esta situación de estado de alarma y confinamiento ha provocado, por ejemplo, el cierre de empresas, pero detrás hay trabajadores que han sido suspendidos de sus trabajos temporalmente, e incluso despedidos. Eso es un tema económico, pero desde luego social.

Cada vez que escucho, cuando todo esto pase, y podamos volver a la “normalidad” consuman, gasten… me echo las manos a la cabeza ¿Cómo pueden pedirnos que gastemos, ¿cómo pueden hacernos creer que somos los responsables de la recuperación económica del país, si hay muchas familias que no tienen prácticamente nada para subsistir?

Las crisis económicas traen consecuencias sociales, todas las crisis, pero está crisis sanitaria, y me atrevo a decir, económica y social, arrastra una crisis económica y financiera no recuperada por lo que los escenarios sociales de vulnerabilidad van a ser mucho más variopintos. A medida que van pasando las semanas, vamos cayendo en la cuenta de colectivos, a los que les está afectando también esta crisis y al principio no se hablaba de ellos. Me refiero, por ejemplo, a las personas sin hogar, a jóvenes en pisos tutelados, el colectivo de prostitutas, inmigrantes, mayores que viven solos, personas con discapacidad intelectual, personas con enfermedades crónicas, mujeres maltratadas…)

Debemos cuidar a las personas, solo así podremos cuidar la economía.

¿Esta crisis sanitaria puede derivar en nuevo modelo social? Algunos de sus colegas sociólogos hablan no tanto de cambio sino de “movimiento pendular”, es decir, habrá adaptación con algunos cambios a modo de resaca.

Debo confesar que personalmente tiendo a la negatividad y me cuesta creer que se produzca un cambio radical en la sociedad, y encima a mejor. Pero, profesionalmente, tiendo a la positividad y me agrada creer que sí se puede producir un cambio social. La cuestión es… ¿Queremos? La propia naturaleza nos está indicando las impresionantes consecuencias medioambientales que están sucediendo como consecuencia de la suma de los cambios de comportamiento de la sociedad en estos últimos meses.

Se trata de sopesar qué perdemos y qué ganamos con ese cambio y no solo a nivel individual sino, también, colectivo.

Evidentemente, un nuevo modelo social, solo es posible sumando los cambios que se produzcan de forma individual. Si queremos cambiar, si tomamos esta situación como un pilotaje que nos permita ver cuánto podemos transformar nuestras vidas en una situación como esta y sabemos aprovecharlo, creo que sí se podría alumbrar un nuevo modelo social. Eso sí, hay que nutrirlo desde una perspectiva de la ternura, del amor y no del odio. Contagiarnos en la creencia de que podemos tener una sociedad mejor. Aprender de los errores y no ensalzar lo que algunos hacen mal, darlo la vuelta y potenciar lo que como ciudadanos, como personas hacemos bien. Potenciar, poner en valor el bien común.

Tampoco ayuda al cambio en positivo de la sociedad las informaciones y desinformaciones que se transmiten no sólo a través de los medios de comunicación sino por los propios dirigentes políticos, o los expertos en diversas disciplinas, incluso por los propios ciudadanos, que generan que aumente la incertidumbre y el miedo.

Se tarda más en desmentir un bulo que en ponerlo en marcha por lo que ahora más que nunca habría que cuidar el mensaje, la comunicación. Ahora más que nunca entender como decía el filósofo Wittgentein, que los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo.

Este aspecto es importante para evitar que determinadas actitudes racistas y xenófobas se acentúen a partir de ahora. Van a ser situaciones inevitables pero que se pueden abordar, empezando precisamente por el lenguaje y el modo de comunicarnos.

La entrevista entera puede leerse en este enlace: https://www.eldiario.es/clm/pandemia-aumentara-contacto-infravalorado-tecnologia_0_1022598056.html

La importancia de saber comunicar

Si me preguntara alguien ¿qué es para ti saber comunicar? tendría muy clara la respuesta. Saber comunicar es conseguir que lo que se pretende transmitir sea entendido, por todas las personas, de la misma manera.
Es importante, e igualmente necesario, saber comunicar. Cuando transmitimos una información, un comunicado, o, por ejemplo, unas recomendaciones de actuación en una situación de estado de alarma como está sucediendo, y de forma frecuente, durante estas últimas semanas en las que la información emerge como el agua fluye por un río, es necesario tener constancia de que lo que se transmite sea entendido por todo el mundo, que no genere confusión, y evitar malas y diversas interpretaciones.
¿Es posible?, sí, es posible. Es posible utilizar un lenguaje más coloquial y mantener, a la vez, una información rigurosa, seria, formal, y veraz.
Podemos utilizar nuestra jerga profesional, está claro, pero si lo que queremos es que lo que decimos se entienda por todas las personas, debemos flexibilizar. Podemos ser igualmente profesionales sin ser extremadamente rigurosos lingüísticamente hablando. La pregunta que nos debemos hacer sería ¿qué significado tiene para el lector lo que yo pretendo transmitir?
Evidentemente, tanto la legislación (leyes, normas, decretos, recomendaciones, etc.) rigurosamente profesional en su contenido, y abordada esencialmente desde el ámbito jurídico (abogados, jueces, procuradores…), como las ordenes o circulares en el ámbito de la Administración Pública, y esencialmente emitidas por el ámbito político (consejeros, directores generales u otros responsables de unidades administrativas), previa aprobación por sus gabinetes jurídicos, e igualmente rigurosas en su lenguaje, son, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones ininteligibles para la población de a pie. A veces, incluso, llegando a asustar cuando llega una notificación, aunque sea para informarte de un cambio en el horario de recogida de basuras.
Que nunca llueve a gusto de todos es más que conocido, pero estamos siendo testigos de que tampoco en tiempo de crisis llueve a gusto de todos, crisis, por cierto, bien merecedora de grandes dosis de solidaridad y por qué no, de entendimiento. Dicho esto, estoy más que convencida que redactar una norma para que, por ejemplo, los niños empiecen a salir de casa a tomar el aire, tras más de un mes de confinamiento, es más que difícil. Y que, además, esta norma pueda ser adaptada satisfactoriamente por cada una de las diecisiete Comunidades Autónomas, más arduo aún. A estas dificultades le podemos sumar la dificultad de transmitir oralmente lo que está escrito en la norma a través de un portavoz.

Pau Solanilla, comenta recientemente que, “la pandemia está generando incertidumbre y miedo. Una situación que requiere de una respuesta extraordinaria y resiliente en la que nadie puede eludir su responsabilidad. Paradójicamente, en esta lucha una de las principales defensas frente al virus es la comunicación.

Solanilla, P. (2020). Comunicación de crisis y la importancia de la reputación. En Comunicación política en tiempos de Coronavirus. Coord. Gutiérrez-Rubi, A. y Pont, C. Cátedra ideograma-UPF de comunicación política y Democracia.

En un mundo como en el que vivimos, en el que alardeamos de ser avanzados, innovadores, democráticos, y ¿por qué no? inclusivos, ya puestos, no resulta difícil creer que nos llegue información confusa, al permitir diferentes interpretaciones. ¿El resultado? Multiplicar a la enésima potencia los esfuerzos de todos, profesionales, familias, instituciones, etc.
No es fácil descolgarnos de “lo profesional” cuando escribimos o cuando nos comunicamos verbalmente, quizás tampoco desarrollamos esa capacidad. Cuando llegas a casa y hablas con tus hijos, y te dicen mamá, hablas raro, háblame para que yo te entienda, es cuando empiezas a darte cuenta de que si solamente te mueves en tu mundo difícilmente llegas a ese entendimiento mutuo tan añorado estos días. Si no nos damos cuenta de que nuestra información no llega como debiera al resto de mortales, algo estamos haciendo mal. Y da lo mismo si lo que queremos transmitir es la posibilidad de salir con niños menores a dar un paseo o recomendar el uso de mascarilla cuando salimos a hacer la compra.
Ahora, más que nunca, está quedando visible la carencia prácticamente absoluta que se está teniendo el Gobierno a la hora de representar a todos y cada uno de los actores que conforman la compleja y variada sociedad y, por lo tanto, evidente la necesidad urgente de que estas instituciones hagan coparticipes en su estrategia comunicativa a la sociedad civil, utilizando una forma de comunicarse más abierta, inclusiva y cercana, que permita reducir entre todos ese grado de incertidumbre y miedo que la situación de crisis sanitaria, yo diría, además, de crisis económica y social, está generando en los ciudadanos.
¿Cómo empezamos?
Una forma de hacer más accesible cualquier texto escrito, ya sea en formato digital o analógico, es mediante el uso de un lenguaje claro, directo y sencillo, y mediante la utilización de cuantos apoyos visuales o auditivos sean necesarios.

Así lo explica Milagros Rubio, “al ser el acceso a la información, al conocimiento, un derecho de todas y todos los ciudadanos, la lectura se convierte en una de las herramientas universales que nos permiten ser más autónomos en la sociedad de la información, sin embargo, el texto escrito no se ajusta siempre a nuestras capacidades para comprender lo que leemos”.

https://enmarchaconlastic.educarex.es/224-nuevo-emt/atencion-aladiversidad/3002-lectura-facil-un-modelo-de-diseno-para-tdos

Siendo importante, entonces, conseguir que un artículo, una noticia, un folleto, o en este caso, unas recomendaciones o medidas de confinamiento…, salven esas barreras cognitivas y de comprensión y lleguen a todas las personas en igualdad de oportunidades, y para ello, imprescindible, entre otros elementos, la lectura fácil. Así sí podremos alardear de sociedad, por ejemplo, inclusiva.
Teniendo en cuenta que, alrededor del 30% de la población tiene dificultades para comprender e interpretar textos, si flexibilizamos a la hora de comunicarnos llegaremos, o al menos intentaremos llegar, a todas las personas a las que dirigimos nuestra información, sin excluir a nadie.
Otro asunto es el tema del acatamiento de las normas, eso ya no depende de la estrategia comunicativa sino de la tozudez humana.


Natalia Simón🌙

La economía solidaria. Una acepción positiva aplicada a cualquier crisis

En el año 2009, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales en el edificio universitario San Pedro Mártir de Toledo, de la Universidad de Castilla-La Mancha, compartía despacho con otros profesores y becarios. En ese momento, yo solamente estaba en investigación social en un proyecto cuyo investigador principal era el profesor Felipe Centelles.

Uno de esos compañeros de despacho, el profesor invitado Daniel Olaya, colombiano de nacimiento (hijo del mundo diría yo), estaba en ese momento realizando un Doctorado en esta universidad, y juntos nos animamos a escribir sobre lo positivo que puede llegar a tener cualquier crisis (en ese momento estábamos adentrándonos en una crisis económica financiera muy inquietante), juntamos lo social desde mi disciplina, la Sociología, y lo económico desde la suya, la Economía financiera y la Contabilidad.

Uno de los apartados del artículo que escribimos se titulaba La acepción positiva aplicada a la crisis actual. La economía solidaria. En ese apartado reflexionamos así: La crisis que estamos viviendo en la actualidad no debe ser sólo entendida desde una perspectiva puramente económica, a partir de la cual, ante una fase depresiva le siguen inevitablemente una fase de recuperación y prosperidad. Es necesario incluir el aspecto social de la crisis, entendiendo, por tanto, que ésta afecta al bienestar humano en distinta medida según las peculiaridades individuales y colectivas de los propios afectados. El método positivista (inductivo-empírico) planteado por Comte, se basa en fenómenos sociales dada la conexión esencial de todas las fases y elementos de la evolución colectiva.

En este sentido, para explicar la crisis actual, es necesario realizar una exploración directa, en virtud de sus relaciones con otros fenómenos ya dados y, establecer lazos de unión entre dichos fenómenos, en este caso, económicos y sociales, susceptibles de ser explicados entre sí. Sólo así, es posible prever cómo se desencadenará la crisis en un entorno social y global como en el que vivimos.

La economía, como disciplina, es capaz de predecir qué ocurrirá, cómo se desencadenará la crisis, pero posiblemente, con elevados niveles de error, tanto es así, que la crisis actual ha sobrepasado los límites previstos inicialmente. En el ámbito social, se produce una resistencia a aceptar dicha situación de crisis. Ante esta nueva situación, en la que prima la incertidumbre, es posible recurrir a la economía solidaria como disciplina económica, a partir de la cual es posible entender cómo ante un momento de crisis es posible introducir elevados niveles de solidaridad que incrementan los beneficios sociales y culturales determinantes de toda sociedad.

Para afrontar la crisis, desde una perspectiva positiva, es necesario plantear dicha situación, en principio negativa, como una situación temporal, específica y externa y entonces, generar dosis tales de positivismo que permitan, en última instancia, afrontar la situación y convertir el desorden provocado en progreso. A su vez, es necesario compensar el impacto negativo que transmiten los mass media con gran influencia social, que ante una situación menos positiva, como es la crisis, presentan grandes dosis de negatividad. Ante esta situación, que genera, en muchos casos, alarma social, es necesaria una actitud de corte positivo.

Rockeach define las actitudes como organizaciones relativamente duraderas de creencias en torno a un objeto o situación, las cuales predisponen a los sujetos a responder de una manera preferencial.

ROKEACH, M. (1968), “Beliefs, attitudes and values: a theory of organization and change”. San Francisco, CA: Jossey – Bass Publishers.

La actitud constituiría en una orientación social, una inclinación subyacente a responder a la situación de crisis de manera favorable o desfavorable. Así, entendemos que, cuanto más positiva sea la actitud de los individuos ante la crisis, más oportunidades le ofrecerá la misma.

Todo individuo presenta un impulso natural a no afrontar cualquier situación negativa, y por lo tanto, a no considerarla como una oportunidad para mejorar dicha situación en principio, negativa. Tomando como referencia la filosofía comtiana, las posibles soluciones a la crisis dependerían realmente de las opiniones y costumbres mucho más que de las instituciones, de ahí la importancia que tiene que el individuo mantenga, de forma individual, una postura positiva, que transmitirá, en sus continuas interrelaciones con otros individuos, organismos e instituciones, haciendo posible que sea ahora el conjunto de la sociedad (y no el sujeto de forma individual) el que mantenga positivismo en el estado de crisis actual.

Hasta aquí lo que escribíamos en el año 2009, actualmente, más de diez años después del artículo al que hago referencia, nos encontramos con modelos de economía circular solidaria como es el caso de la agroecología, y que, en estos momentos, nuevamente de crisis, pueden ser una gran oportunidad para todos.

La agroecología busca volver a conectar a productores y consumidores a través de una economía circular y solidaria en la que se dé prioridad a los mercados locales y se apoye el desarrollo económico local creando círculos virtuosos. Los enfoques agroecológicos promueven soluciones justas basadas en las necesidades, los recursos y las capacidades locales y crean mercados más equitativos y sostenibles. Fortalecer los circuitos alimentarios cortos puede incrementar los ingresos de los productores de alimentos al tiempo que mantiene un precio justo para los consumidores. Algunos de estos circuitos son los nuevos mercados innovadores, además de los mercados territoriales más tradicionales, donde la mayoría de los pequeños productores comercializan sus productos.

Centros de conocimientos sobre agroecología. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

El artículo completo al que se hace referencia puede leerse en: Daniel Olaya y Natalia Simón Medina (2009). La economía solidaria y el espíritu positivo en la época de crisis. XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires.

Foto: @lastaa

El destiempo ya pasó

Ya lo dijo Charles Wright Mills en 1959 en su magnífico libro La imaginación sociológica.

«Pero los hombres, habitualmente, no definen las inquietudes que sufren en relación con los cambios históricos y las contradicciones institucionales. Por lo común, no imputan el bienestar de que gozan a los grandes vaivenes de la sociedad en que viven. Rara vez conscientes de la intrincada conexión entre el tipo de sus propias vidas y el curso de la historia del mundo, los hombres corrientes suelen ignorar lo que esa conexión significa para el tipo de hombres en que se van convirtiendo y para la clase de actividad histórica en que pueden tener parte. No poseen la cualidad mental esencial para percibir la interrelación del hombre y la sociedad, de la biografía y de la historia, del yo y del mundo. No pueden hacer frente a sus problemas personales en formas que le permitan controlar las transformaciones estructurales que suele estar detrás de ellos». (C. W. Mills, 1959)

Medio siglo no implica saber a conciencia las mejores decisiones a tomar, en el trabajo, el amor, la amistad, la marca del suavizante o qué película ver en la televisión.
Y es precisamente cuando no se tiene esa conciencia, y confianza en sí mismo, cuando se necesita consultar… Y no ya consultar a amigos, familiares, conocidos, compañeros, sino que se busca las respuestas en las redes sociales, en diversas app, Google, etc. Se busca desesperadamente una respuesta a cómo vivir, en un sin fin de pin, páginas, post, o como quieran llamarse según qué aplicación…
En cualquier caso, no deja de ser sorprendente tener que vivir condicionado a lo que mentes pensantes y «sabias» decidan que uno es, o que uno hace, o que uno piensa, o que uno desea…
Quién sabe si por miedo a demostrar su verdadero ser, …, qué más da!
Son muchas máscaras descubiertas, otras caretas incluso con denominación propia, mil ojeras sin insomnio, mil arrugas sin risas, sin rosas, sin nada…, ni siquiera sin sombras.
En definitiva, sin ser.
El destiempo ya pasó, como un huracán sin permiso.
Y es por todo ello, que dando gracias infinitas, a tiempo, ni hay recuerdo, ni memoria, ni nada.
Siendo la «Nada», el principio del «Todo».

El todo que debe empezar teniendo desarrollada esa imaginación sociológica de Mills, es decir, teniendo esa «capacidad que posibilita a su poseedor comprender el esce­nario his­tórico más amplio en cuanto a su signifi­cado para la vida interior y para la trayecto­ria de una diversidad de individuos», que son los que conforman nuestra sociedad.

Natalia Simón 🌙