El tiempo es vida.
Vivir es experiencia.
La experiencia no es más que el cúmulo de vivencias.
Vivencias más o menos satisfactorias, saludables, positivas…
Las mismas vivencias no suponen, siempre, ni para todas las personas, los mismos resultados.
Todo depende de múltiples factores, de las decisiones personales, que a su vez dependen de las motivaciones que se tengan, de las capacidades de cada uno, e incluso de los que los otros proyectan en nosotros, que no tiene por qué coincidir con nuestras propias expectativas y/o sueños, necesidades o inquietudes.
Las decisiones tomadas, aun no siendo las más acertadas, son las que son, y deben ser siempre valoradas como aprendizaje, nunca cuestionadas en base a lo que hubiera acontecido si no se hubieran tomado, más que nada porque esos resultados no podemos vivenciarlos, y por lo tanto, no podemos valorarlos ni compararlos.
El pasado se convierte en aprendizaje, para vivir un presente satisfactorio, sin que el futuro proyectado derive en frustración. 🌙
Vida
