Susurro. Un viaje inesperado

He visitado Roma en varias ocasiones. En cada una de ellas he experimentado experiencias varias, y siempre he regresado con un vacío, ávido de ser cubierto… En este último viaje me quedó una sensación de obligado regreso… Siento que me quedan muchos recovecos por descubrir y tantos otros momentos de felicidad plena por disfrutar… Pero Roma se resiste, quizás las murallas aurelianas que la delimitan tengan algo que ver…, quizás no…

Roma, Amor (al revés). Roma infinita, ciudad eterna. Susurros esperados que se van desvaneciendo entre las pieles sensibles que, sin esperar nada, se anhelan.

Hasta aquí, podría ser un pedacito de un relato, el inicio de una exitosa novela de amor. Un Pulitzer, ¿por qué no? Pero, en este caso, no importa tanto el cheque que acompañaría al premio, porque el premio sería él, en forma de susurro.

Es, en este preciso instante, cuando la media sonrisa que habitaba en su cara se convertía en fija sonrisa, quizás temblorosa, quizás sorprendida, seguro, eso sí, encantadora. 😏

No es mi intención escribir un Pulitzer, un Planeta, o un Herralde, sería un sueño inalcanzable, un sueño muy irreal. Sin embargo, sí es intención, con esta entrada, ensalzar el amor como fenómeno sociológico digno de ser analizado.

Y es que, «el amor, es como experiencia vital intensa, se hace tanto de emociones como de discursos e ideologías. Sentimos amor, pero también lo pensamos, lo hacemos, lo ponemos en práctica. Hablamos del amor como un sentimiento pero si estamos atentos al modo en que se nos presenta en la vida cotidiana encontramos que es mucho más que eso: el amor es también un lugar, un escenario en el que converge nuestra intimidad con las instituciones sociales, una forma de relación social en la que se con-funden transacciones de poder con actos de emancipación, tentativas de reinvención social con continuidades, inercias, faltas a la imaginación».

V. Unás

El amor, como realidad social, puede estudiarse desde diferentes prismas o enfoques. Resulta interesante, cómo el amor influye en la forma de relacionarnos. Cómo puede llegar a transformar la sociedad en sus más variopintos estilos y enigmas. Amor como cambio social, qué bonito, ¿no?

Amor creación, artístico, inspiración personal o profesional, máxima en todas las artes, las artes plásticas, las visuales, las musicales, las escénicas, las literarias…

A su vez, la sociedad determina el amor.

En definitiva, el amor nos da sentido, y nosotros, como actores sociales, le damos sentido también.

No me resisto a citar la obra de Zygmunt Bauman, «Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos» en la que aborda su concepto de «líquido» aplicándolo a las relaciones humanas, al amor. Según Bauman, Eros, tal como afirma Levinas (1993), es diferente de la posesión y del poder; no es una batalla ni una fusión, y tampoco es conocimiento. Eros sería «una relación con la alteridad, con el misterio, es decir, con el futuro, con lo que está ausente del mundo que contiene a todo lo que es…». Y, el pathos del amor «la insuperable dualidad de los seres».

La afectividad, y nuestro entorno de relaciones afectivas, estaría en constante cambio como consecuencia de la sociedad postmoderna (modernidad líquida) y las características que la definen, haciendo, como anticipa Bauman, que «estemos condenados a vivir en la incertidumbre permanente».

Natalia Simón 🌙

Publicado por Natalia Simón

Persona, mujer, madre, socióloga, docente, investigadora social, HUMANA!!

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