La economía solidaria. Una acepción positiva aplicada a cualquier crisis

En el año 2009, en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales en el edificio universitario San Pedro Mártir de Toledo, de la Universidad de Castilla-La Mancha, compartía despacho con otros profesores y becarios. En ese momento, yo solamente estaba en investigación social en un proyecto cuyo investigador principal era el profesor Felipe Centelles.

Uno de esos compañeros de despacho, el profesor invitado Daniel Olaya, colombiano de nacimiento (hijo del mundo diría yo), estaba en ese momento realizando un Doctorado en esta universidad, y juntos nos animamos a escribir sobre lo positivo que puede llegar a tener cualquier crisis (en ese momento estábamos adentrándonos en una crisis económica financiera muy inquietante), juntamos lo social desde mi disciplina, la Sociología, y lo económico desde la suya, la Economía financiera y la Contabilidad.

Uno de los apartados del artículo que escribimos se titulaba La acepción positiva aplicada a la crisis actual. La economía solidaria. En ese apartado reflexionamos así: La crisis que estamos viviendo en la actualidad no debe ser sólo entendida desde una perspectiva puramente económica, a partir de la cual, ante una fase depresiva le siguen inevitablemente una fase de recuperación y prosperidad. Es necesario incluir el aspecto social de la crisis, entendiendo, por tanto, que ésta afecta al bienestar humano en distinta medida según las peculiaridades individuales y colectivas de los propios afectados. El método positivista (inductivo-empírico) planteado por Comte, se basa en fenómenos sociales dada la conexión esencial de todas las fases y elementos de la evolución colectiva.

En este sentido, para explicar la crisis actual, es necesario realizar una exploración directa, en virtud de sus relaciones con otros fenómenos ya dados y, establecer lazos de unión entre dichos fenómenos, en este caso, económicos y sociales, susceptibles de ser explicados entre sí. Sólo así, es posible prever cómo se desencadenará la crisis en un entorno social y global como en el que vivimos.

La economía, como disciplina, es capaz de predecir qué ocurrirá, cómo se desencadenará la crisis, pero posiblemente, con elevados niveles de error, tanto es así, que la crisis actual ha sobrepasado los límites previstos inicialmente. En el ámbito social, se produce una resistencia a aceptar dicha situación de crisis. Ante esta nueva situación, en la que prima la incertidumbre, es posible recurrir a la economía solidaria como disciplina económica, a partir de la cual es posible entender cómo ante un momento de crisis es posible introducir elevados niveles de solidaridad que incrementan los beneficios sociales y culturales determinantes de toda sociedad.

Para afrontar la crisis, desde una perspectiva positiva, es necesario plantear dicha situación, en principio negativa, como una situación temporal, específica y externa y entonces, generar dosis tales de positivismo que permitan, en última instancia, afrontar la situación y convertir el desorden provocado en progreso. A su vez, es necesario compensar el impacto negativo que transmiten los mass media con gran influencia social, que ante una situación menos positiva, como es la crisis, presentan grandes dosis de negatividad. Ante esta situación, que genera, en muchos casos, alarma social, es necesaria una actitud de corte positivo.

Rockeach define las actitudes como organizaciones relativamente duraderas de creencias en torno a un objeto o situación, las cuales predisponen a los sujetos a responder de una manera preferencial.

ROKEACH, M. (1968), “Beliefs, attitudes and values: a theory of organization and change”. San Francisco, CA: Jossey – Bass Publishers.

La actitud constituiría en una orientación social, una inclinación subyacente a responder a la situación de crisis de manera favorable o desfavorable. Así, entendemos que, cuanto más positiva sea la actitud de los individuos ante la crisis, más oportunidades le ofrecerá la misma.

Todo individuo presenta un impulso natural a no afrontar cualquier situación negativa, y por lo tanto, a no considerarla como una oportunidad para mejorar dicha situación en principio, negativa. Tomando como referencia la filosofía comtiana, las posibles soluciones a la crisis dependerían realmente de las opiniones y costumbres mucho más que de las instituciones, de ahí la importancia que tiene que el individuo mantenga, de forma individual, una postura positiva, que transmitirá, en sus continuas interrelaciones con otros individuos, organismos e instituciones, haciendo posible que sea ahora el conjunto de la sociedad (y no el sujeto de forma individual) el que mantenga positivismo en el estado de crisis actual.

Hasta aquí lo que escribíamos en el año 2009, actualmente, más de diez años después del artículo al que hago referencia, nos encontramos con modelos de economía circular solidaria como es el caso de la agroecología, y que, en estos momentos, nuevamente de crisis, pueden ser una gran oportunidad para todos.

La agroecología busca volver a conectar a productores y consumidores a través de una economía circular y solidaria en la que se dé prioridad a los mercados locales y se apoye el desarrollo económico local creando círculos virtuosos. Los enfoques agroecológicos promueven soluciones justas basadas en las necesidades, los recursos y las capacidades locales y crean mercados más equitativos y sostenibles. Fortalecer los circuitos alimentarios cortos puede incrementar los ingresos de los productores de alimentos al tiempo que mantiene un precio justo para los consumidores. Algunos de estos circuitos son los nuevos mercados innovadores, además de los mercados territoriales más tradicionales, donde la mayoría de los pequeños productores comercializan sus productos.

Centros de conocimientos sobre agroecología. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

El artículo completo al que se hace referencia puede leerse en: Daniel Olaya y Natalia Simón Medina (2009). La economía solidaria y el espíritu positivo en la época de crisis. XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. Asociación Latinoamericana de Sociología, Buenos Aires.

Foto: @lastaa

Publicado por Natalia Simón

Persona, mujer, madre, socióloga, docente, investigadora social, HUMANA!!

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